miércoles, 7 de julio de 2010

Niveles Socioeconómicos (NSE)

Se refiere a la división relativamente permanente y homogénea dentro de una sociedad, en la que los individuos comparten sus estilos de vida y condiciones similares.
Son los investigadores de mercado quienes realizan esta clasificación, la cual es una herramienta útil para el momento de realizar las inversiones.
Antes se usaban la cuarta, el codo o el pie como medidas para comercializar, las cuales variaban según el tamaño de cada comerciante y confundían los negocios. Dichos patrones fueron reemplazados por la cuarta o el pie del rey o gobernante de cada zona; y finalmente fueron reemplazados por estándares mundiales, como el metro, el kilo, el litro, etc., basadas en un solo patrón internacional.
Algo similar ocurre con los niveles socioeconómicos. Cada empresa de investigación y a veces cada empresario usaba una medida diferente, según sus propios criterios. Así, durante años en el Perú, utilizamos categorías socioeconómicas que podían llamarse igual (A, B, C, D, E ó Alto, Medio, Bajo, etc.), pero que no representaban lo mismo para todos. Es decir, dos empresarios podían decir que ambos se dirigían a consumidores del nivel B, pero en realidad, de acuerdo con el sistema que usaba cada empresa, podrían estar hablando de dos grupos de consumidores muy diferentes.
Ante esta situación, la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (APEIM) uniformizó los criterios de clasificación socioeconómica desde el año 2003. De esta manera, viene realizando estudios, cuyos resultados se espera que se mantengan como criterio estándar en el tiempo. Ahora, quienes toman las decisiones en las empresas, los gerentes y estudiantes, tienen una medida normalizada de clasificación social que permite comparar los datos de las diferentes empresas de investigación. Categorización de los niveles socioeconómicos. ¿Cómo se determinan estos NSE?
Se seleccionan algunas variables que de algún modo representan los diversos indicadores contenidos en cada concepto analizado, con rango de categorías no menor a 1, ni mayor a 5, con lo cual se categoriza a los individuos según su escalamiento multidimensional.

¿Cuáles son las características de las variables?
Las características de las variables que se utilizan para determinar el nivel socioeconómico, son las siguientes:
- Son variables teóricamente controvertidas.
- No definidas a nivel oficial.
- Son variables no directas (no observables).
- Su influencia es evidente en las condiciones de comportamiento de la población.
¿Qué indicadores conforman las variables?
Las variables están conformadas por varios tipos de indicadores:

NIVELES SOCIOECONÓMICOS 2003 OBJETIVO CENTRAL
• El objetivo fue identificar, clasificar, definir y cuantificar los NSE de las familias de Lima Metropolitana.
• Homogenizar o uniformizar el uso de los NSE.

UNIVERSO DE ESTUDIO
• Hogares de Lima Metropolitana (36 distritos de Lima y 5 del Callao).
• Se definió como hogar al conjunto de personas que habitan en la misma vivienda y preparan y consumen sus alimentos en común.
• La persona que informa es el Jefe de Familia, definido como aquel que más aporta económicamente en el hogar.

MARCO MUESTRAL
• Planos actualizados del INEI.

TAMAÑO MUESTRAL
• Se consideró un tamaño muestral de 3598.

PERÍODO DE EJECUCIÓN
Entre el año 2003 y el primer semestre de 2004.

PRINCIPALES RESULTADOS
Los resultados principales de este estudio: fueron los siguientes:


NIVELES SOCIOECONÓMICOS 2010

PRINCIPALES RESULTADOS

Bibliografía:
• http://sistemas.itlp.edu.mx/tutoriales/mercadotecnia1/t46.htm
• http://elcomercio.pe/edicionimpresa/Html/2008-04-11/niveles-socioeconomicos.html
• http://www.apeim.com.pe/niveles.html
• Metodología de la Clasificación de los Niveles Socioeconómicos de la Asociación Peruana de Investigación de Mercados “APEIM”.
• Niveles Socioeconómicos 2010 Lima Metropolitana – APEIM.

Reflexión:

Los niveles socioeconómicos son conceptos que se utilizan para guiar la inversión de las empresas en la sociedad. Estos niveles hacen saber los las preferencias, costumbres, ingresos económicos y otros datos, y efectivamente es una manera un tanto fiable para los empresarios.
Sin embargo, es una manera de discriminación, ya que las personas que tienen pocos recursos económicos, que no cuentan con artefactos modernos, que no tienen buenos empleos, son incluidas o consideradas como personas de “nivel marginal”, lo que algunos llaman, de extrema pobreza, lo cual no deja de ser cierto si se le dejase de denominar o clasificar de esta manera. Y a las personas que si tienen propiedades, autos, comodidades, etc., se les considera de “nivel alto”.
Debo precisar que, la Biblia dice en Deuteronomio 10:17 que: “(…) Jehová vuestro Dios es Dios (…) que no hace acepción de personas (…);”
En Job 13:10, el protagonista de ese libro le dice a alguien lo siguiente: “El (Dios) os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas.”
Hacer acepción de personas, puede significar “designarla” de alguna forma, tal como lo hacen los niveles socioeconómicos, pues designan, categorizan o estratifican a las personas dentro de niveles sociales y económicos, denominando como individuos de mayor o menor nivel.
En ese sentido, debo resaltar que, cuando Dios se hizo hombre en Jesucristo y vino a este mundo para salvarnos de la condenación, lo hizo sin tener una casa propia, nació en un lugar donde se criaba animales, no tenía una cuna para acostarse y tuvo que dormir en el pesebre o comedero de los animales. Fue creciendo en esa situación, tuvo que montar un pollino o asno prestado. Es el rey de reyes, pero “socioeconomicamente” hablando era de los más pobres. En esta época, nuestro Señor Jesucristo sería ubicado dentro del grupo de los individuos de “nivel marginal” o de extrema pobreza. Y es que, a pesar de que “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:3), cuando habitó entre nosotros, su riqueza no fue material, sino espiritual.
La mayoría de las personas, anhelamos que en estos estudios de mercado, se nos considere dentro del nivel A (nivel alto), para lo cual tendríamos que ser personas con grandes propiedades y mucho dinero para poder darnos todos los gustos habidos y por haber. Sin embargo, quienes pensamos de esta manera, debemos recordar lo siguiente: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y CUALQUIERA QUE HAYA DEJADO CASAS, O HERMANOS, O HERMANAS, O PADRE, O MADRE, O MUJER, O HIJOS, O TIERRAS, POR MI NOMBRE, RECIBIRÁ CIEN VECES MÁS, Y HEREDARÁ LA VIDA ETERNA
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Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.”
(Mateo 19:23- 30).
Entonces, ¿es malo tener propiedades y dinero? No, no lo es, porque la Palabra de Dios dice “Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa.” (Proverbios 24:27); ó ¿es malo tratar de informarse en la manera de cómo invertir mejor el dinero? No, porque “Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará; 4 Y con ciencia se llenarán las cámaras De todo bien preciado y agradable.” (Proverbios 24:3-4); pero también debemos tomar en cuenta lo que dijo el apóstol Juan “No améis al mundo, NI LAS COSAS QUE ESTÁN EN EL MUNDO. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque TODO LO QUE HAY EN EL MUNDO, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, NO PROVIENE DEL PADRE, SINO DEL MUNDO.
Y EL MUNDO PASA, Y SUS DESEOS; PERO EL QUE HACE LA VOLUNTAD DE DIOS PERMANECE PARA SIEMPRE.”
(1 Juan 2:15-17)
En lugar de estar buscarnos enriquecernos para nuestro beneficio personal y alcanzar un alto nivel socioeconómico, tal vez podríamos seguir el ejemplo los primeros cristianos, de los que se habla en Hechos 2:44-47
“Todos los que habían creído estaban juntos, Y TENÍAN EN COMÚN TODAS LAS COSAS;
Y VENDÍAN SUS PROPIEDADES Y SUS BIENES, Y LO REPARTÍAN A TODOS SEGÚN LA NECESIDAD DE CADA UNO.
Y perseverando unánimes cada día en el templo, Y PARTIENDO EL PAN EN LAS CASAS, COMÍAN JUNTOS CON ALEGRÍA Y SENCILLEZ DE CORAZÓN, ALABANDO A DIOS, Y TENIENDO FAVOR CON TODO EL PUEBLO.
Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Y ¿porqué debo repartir mis cosas, si son mías, yo me las gané trabajando para mí, y no para otros?
La Biblia dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1 Juan 4:20-21)

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;”
(Colosenses 3:23).